Con estas temperaturas tan altas, nuestra alimentación cambia ya que nos apetecen más comidas más ligeras y frescas y adaptamos la dieta a los productos de temporada.
Además, el calor afecta a los alimentos haciendo que se pasen antes o no estén del todo buenos y el queso no es una excepción.
De hecho, el calor hace que el queso pierda su grasa natural lo que influye a su textura y a su sabor. Es por ello, que es muy importante conservar bien los quesos; sobretodo durante los meses de calor. Es aconsejable conservar los quesos en la nevera o en lugares que no superen los 12 grados.
Si eres un gran amante del queso no tienes por qué renunciar a él durante estos calurosos meses ya que existen muchas opciones ligeras y adecuadas.
Uno de los criterios que debemos tener en cuenta para elegir un buen queso en verano es optar por los que son de maduración corta o que tienen texturas blandas o semblanzas, pero sobretodo la mejor opción para el verano son los quesos frescos.
Los quesos frescos AMECO son ligeros, nutritivos y están buenísimos. Además, se puede combinar con muchos alimentos y momentos del día.
Cómo tomar el queso fresco en verano
Si te gusta desayunar te van a encantar este tentempié. Una deliciosa tostada de queso fresco con mermelada confitada de higos es un opción saludable y para chuparse los dedos.
El queso fresco de cabra es perfecto para el verano, porque es ligero, bajo en calorías y grasas. Además, lo puedes usar como entrante o postre, en ensaladas o acompañado de confituras de frutos rojos… ¡Buenísimo!
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También puedes descubrir todos los productos AMECO aquí para poder disfrutar de un verano ligero y delicioso.