Alrededor del mundo, existen una gran variedad de quesos y, la mayoría de ellos, están a nuestra disposición. Uno de los muchos quesos que existen es el queso fresco natural.
Sin embargo, no todos son especialmente saludables debido a su alto contenido en grasas. El queso fresco es uno de los quesos más recomendables a la hora de cuidar la línea y la salud.
¿Por qué el queso fresco es la mejor opción para mantener una buena salud alimenticia? Te lo contamos en este blog.
En primer lugar, por sus nutrientes.
Como ya hemos comentado en otras entradas del blog el queso fresco es rico en nutrientes.
Al no pasar por un proceso de maduración, conserva gran parte del suero de la leche y, por ende, es rico en agua.
Cómo un alto porcentaje del queso fresco es agua, éste contiene muy poco contenido calórico (aproximadamente unas 200 calorías por cada 100 gramos). Además, por su naturaleza tiene un bajo contenido graso lo que lo hace ideal para mantener una dieta equilibrada.
El queso fresco natural (como el nuestro) es una buena fuente de proteínas de calidad (calcio, potasio y sodio).
¿Qué beneficios tiene el queso fresco?
El queso fresco es una excelente opción para aquellos que busquen llevar una dieta ligera y saludable dado que se caracterizan por tener un menor aporte calórico y por tener un gran contenido de proteínas saciables así como vitaminas y minerales que incrementan la densidad nutritiva de los alimentos. Además, se recomienda el consumo de queso fresco a las personas con enfermedades cardiovasculares o quieren prevenir el desarrollo de enfermedades de este tipo.
El queso fresco natural es rico en potasio, aporta cantidades inferiores de colesterol y grasas saturadas que otros quesos, y contiene mucho menos sodio.
Su ingesta está muy recomendada en personas hipertensas o que sufren de problemas cardíacos, ya que sus nutrientes coinciden con los recomendados en la dieta DASH.
Diferencias entre el queso fresco, el queso curado y el queso semicurado.
La principal diferencia entre estos tres quesos es que el queso fresco no tiene ningún tipo de maduración y, por lo tanto, tiene un mayor contenido acuoso , menos grasas y calorías, así como, menos sodio y otros nutrientes que se suelen desarrollar a medida que pasan los días de curación.
Reciben el nombre de “tiernos” aquellos quesos que reciben una maduración de 15 a 30 días. Sin embargo los quesos que reciben el nombre de curados o semicurados se reservan en cámaras de 2 a 3 meses y 4 a 7 meses, respectivamente.
¿Qué opciones existen entre los quesos frescos?
Los quesos frescos pueden ser tanto de vacas como de cabra u ovejas.
Como las leches varían nutricionalmente dependiendo del animal que les da origen (vaca, cabra u oveja).
De todos, el queso fresco de vaca es el que posee menos grasas (alrededor de un 10%) y más proteínas (alrededor de un 15%). Asimismo, el queso fresco de cabra posee algo más de grasas y un poco menos de proteínas. El queso fresco de oveja tiene más o menos un aporte proteico similar al de cabra (o ligeramente superior) pero siempre va a tener más grasas en su composición.
En definitiva, el queso fresco de vaca es el que menos cantidad de sodio y colesterol contiene de estas tres opciones. Sin embargo, su contenido en calcio si que se asemeja al del queso fresco de cabra u oveja.
En AMECO, tenemos diferentes opciones de queso fresco:
- Queso fresco de vaca
- Queso fresco de cabra
- Queso fresco de vaca sin sal
- Queso fresco de cabra sin sal
- Queso fresco de vaca sin lactosa
- Queso fresco de vaca desnatado
¿Te interesa alguna de estas opciones? Visita nuestro apartado de productos y elige tu queso fresco. Para hacer un pedido solo tienes que hacer click aquí.
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